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La rosácea o antiguamente llamado acné rosácea es una enfermedad inflamatoria crónica con periodos de mejoría y empeoramiento, de causa desconocida que afecta la piel y a veces los ojos.

Los sígnos de rosácea varían según los casos, pudiendo tener una o más de las siguientes alteraciones:

Inicialmente se producen episodios de enrojecimiento facial transitorio en relación con uno o más de los factores desencadenantes que después señalaremos y que se denominan "flushing". Sin embargo, no todas las personas que se ponen rojas en situaciones de estrés o por el calor acabaran teniendo una rosácea.

Con el tiempo, en algunos casos, el enrojecimiento facial es persistente y los pequeños vasos de la piel de la cara se dilatan y quedan como líneas rojas o violáceas en nariz y mejillas (telangiectasias). Esta es la denominada Rosácea Vascular o eritemato-telangiectasica. Durante la evolución a veces aparecen granos rojos y con pus (pápulas y pústulas). Es la Rosácea Inflamatoria. En estadios más avanzados puede aparecer engrosamiento de la piel en frente, mentón , mejillas , y sobre todo la nariz, que en algunos hombres se enrojece, agranda y se cubre de telangiectasias. Se denomina Rinofima y puede ser raramente la única manifestación de la rosácea. Muchos pacientes con rosácea notan intolerancia a diversos cosméticos y medicamentos tópicos (aplicados sobre la piel) por lo que es clave la visita al dermatólogo para la recomendación de cosméticos y procedimientos más efectivos.

Causas que provocan la Rosácea

En el desarrollo de la rosácea intervienen múltiples factores, pero hay dos componentes esenciales:

  • Cambios en los vasos sanguíneos que hay bajo la piel. Que pueden estar alterados por una predisposición genética, y en respuesta a estímulos externos (exposición solar, alcohol, estrés, temperatura caliente o fria, la teína, comidas picantes...). Los últimos estudios publicados indican que, al contrario de lo que tradicionalmente se pensaba, la cafeína podría mejorar la rosácea.
  • Inflamación crónica de la piel. Probablemente como consecuencia de las alteraciones anteriores y a la que se suman otros factores (alteraciones de la inmunidad, actividad microbiana).

En cuanto a la tendencia genética: se ha visto que el 40% de los pacientes tienen historia familiar de rosácea.

Factores desencadenantes de la Rosácea

Los más frecuentes son las comidas y bebidas calientes, las comidas picantes, el alcohol, temperaturas extremas o cambios de temperatura bruscos, la luz del sol, situaciones de estrés, menopausia, ejercicio intenso, baños calientes o saunas, corticoides y fármacos que dilaten los vasos, incluyendo algunos medicamentos para la hipertensión arterial.

Tratamiento de la Rosácea

Hay diversos tratamientos disponibles para la rosácea que, pese a no conseguir la curación completa de la enfermedad, pueden ayudar a controlarla

  1. Medidas generales

Es fundamental para los pacientes diagnosticados de rosácea protegerse de la luz del sol utilizando de forma diaria cremas fotoprotectoras de alta potencia (tanto para ultravioleta A como para ultravioleta B) y utilizando complementos que bloqueen el paso del sol como sombreros, sombrillas o prendas de vestir. Si el clima es muy frío es recomendable cubrir la cara con una bufanda o aplicar cremas protectoras. Muchos pacientes con rosácea tienen la piel sensible, por lo que se recomienda la utilización de cremas hidratantes faciales hipoalergénicas o específicas para pieles con rosácea. Además, es recomendable la utilización de jabones suaves, evitando frotar de forma enérgica la cara con las manos o con algún utensilio. También se deben evitar las lociones alcohólicas (típicas en desmaquillantes o productos para el afeitado). Si se lleva maquillaje, el uso de productos que contengan pigmentos verdes puede ayudar a disimular las rojeces. Se debe evitar el uso de cremas de corticoides excepto si han sido directamente prescritas por su dermatólogo. Los corticoides tópicos, cuando se usan de forma inadecuada, pueden empeorar la rosácea.

  1. El uso de antibióticos tópicos y de otros fármacos con propiedades antiinflamatorias es útil para controlar los brotes leve-moderados de rosácea.
  2. Cuando los brotes son más graves, su dermatólogo puede prescribirle tratamientos orales con derivados de las tetraciclinas u otros antibióticos con propiedades antiinflamatorias.

4. TRATAMIENTO CON LÁSER O CON LUZ PULSADA

Para destruir los vasos sanguíneos visibles o disminuir el enrojecimiento, existen láseres vasculares o IPL/I2PL que actúan sobre los vasos sanguíneos produciendo su destrucción. Su dermatólogo le indicará en que momento está indicado realizar esté tratamiento.

  1. Tratamiento de las manifestaciones oculares

Los problemas de sequedad pueden mejorar con lágrimas artificiales o los tratamientos sistémicos. El oftalmólogo valorará si los síntomas oculares son graves y requieren tratamientos más específicos.

6. Tratamiento del rinofima

El rinofima (engrosamiento la piel de la nariz) es un tipo de rosácea que afecta a los varones. El tratamiento habitual de la rosácea en este caso puede completarse con técnicas quirúrgicas o con láser, con diversas variantes técnicas para eliminar el engrosamiento de la piel.

En conclusión, aunque todavía no es posible curar definitivamente la rosácea existen tratamientos con los que podemos atenuar los síntomas, mejorar el aspecto de la piel y aumentar la calidad de vida de nuestros pacientes. El dermatólogo además le ayudará a identificar los factores que puedan empeorar su enfermedad. Lo importante es evitar los factores desencadenantes, seguir el tratamiento prescrito por el dermatólogo y utilizar los cosméticos adecuados.